Debo hacerte cómplice de mi recientemente adquirida tendencia a enamorarme una media de tres veces al día. Sí. Así es. Y no voy a cambiarla. No voy a poner freno alguno a esas fantasías adolescentes que se convierten en el contexto ideal para desayunar media tostada con tomate y aceite. Ni a presionar el “mute” de esta banda sonora que me acompaña cuando voy caminando por la calle y me paro en el escaparate de una frutería bien regentada. Tampoco pienso utilizar insecticida alguno que termine con esa orgía que está teniendo lugar en mi bajo vientre.
NO. Además, advierto: que tú, que me estás leyendo, te has convertido en cómplice y en víctima potencial. Y, si te cruzas a veces conmigo en la calle, me llamas por teléfono, compartimos una cerveza, o dos o tres o quince. Puedes ser el siguiente, la siguiente, que protagonice mis fervientes quimeras.
Te querré si compras en el mercado de la calle Feria, acudes al Alamillo, a la Fuga, al Sirenas o al Aguilar. Si coges los viernes el Comes para Cádiz, vas el sábado al Cambalache, pasas el fin de semana en El Palmar o comes caracoles los domingos por la noche en El Pumarejo. El flechazo me puede llegar un lunes sin pescado en la plaza o un jueves (¡Jueves!) en el mercaillo. Si haces un comentario en este blog, si leo el tuyo después de pinchar seis enlaces. Si me das los buenos días, la hora, fuego, la vez. Si detienes tu coche para que pueda pasar con mi bici o si me caigo de ella y me recoges. Soy muy peligrosa y, si entras a formar parte de esta irracional estadística, me enamoraré de ti.
NO. Además, advierto: que tú, que me estás leyendo, te has convertido en cómplice y en víctima potencial. Y, si te cruzas a veces conmigo en la calle, me llamas por teléfono, compartimos una cerveza, o dos o tres o quince. Puedes ser el siguiente, la siguiente, que protagonice mis fervientes quimeras.
Te querré si compras en el mercado de la calle Feria, acudes al Alamillo, a la Fuga, al Sirenas o al Aguilar. Si coges los viernes el Comes para Cádiz, vas el sábado al Cambalache, pasas el fin de semana en El Palmar o comes caracoles los domingos por la noche en El Pumarejo. El flechazo me puede llegar un lunes sin pescado en la plaza o un jueves (¡Jueves!) en el mercaillo. Si haces un comentario en este blog, si leo el tuyo después de pinchar seis enlaces. Si me das los buenos días, la hora, fuego, la vez. Si detienes tu coche para que pueda pasar con mi bici o si me caigo de ella y me recoges. Soy muy peligrosa y, si entras a formar parte de esta irracional estadística, me enamoraré de ti.
9 comentarios:
yo víctima potencial? ni de coña, Maricón....
qué placer da leerte meri
Muy bonito, sí señol. Media tostada con aceite...
(Á), (A): nada como el mollete (¡mollate!)
mmmm.................................................................................................... me apunto!
San Peckinpah dice:
¡Ay! Cuánto daño ha hecho la literatura primero y el cine después a eso de los sentimientos.
Y los trovadores, con sus cantares galantes... Tampoco me hagas mucho caso... Es que me quité de eso del amor hace unos años y ya sabes que no hay peor beata que una puta arrepentía.
Para compensar te adjunto dos canciones que vienen al pelo con el tema que tratas hoy. Esta primera de "Las Pollas Zumbonas", unos punquis ingleses que tocan cancioncillas pop con estribillos pegajosos como la lefa de gorila:
http://es.youtube.com/watch?v=ycQXK30Ofls&feature=related
Y esta de amor enfermizo y patológico de Gabinete Caligari(lástima que salga el Bunbury), la única canción de amor en español que me gustaría bailar (incluso cantándosela bajito) con LA MUJER (la definitiva cuando recaiga, se entiende)
http://es.youtube.com/watch?v=StCie3dp_SU
Y nada, a seguir enamorándote por ahí: como entretenimiento no encontrarás otro más barato... Barato no significa inocuo, ni inocente ni muchísimo menos indoloro.
SALUD. Y SUERTE
san, no entiendo mu bien lo de LA MUJER definitiva que recaiga y eso pero, bueno, me gusta leerte aquí, así (creo yo, vamos). ah!!! gracias por los regalazos
San Peckinpah:
LA MUJER es la que consiga que recaiga en eso del amor. De Hecho, no he recaído, por lo que es posible (bastante) que LA MUJER no exista. Pero esto es como cuando daban premios en los yogures y levantabas la tapa a ver qué te había tocado. Siempre ponía lo mismo: "Hay miles de premios. Siga buscando." Pues nada, cucharadita de lácteo a cucharadita de lácteo hasta el empacho total. Nada grave ni que no se arregle con una buena diarrea. "El amor apeshta, pero no lo bashtante..."
Bueno San, al fin y al cabo, sólo te deseo que su "boca" no huela "como un escape de gas" y que _eso sí_ mueva bien, muy bien, el culo. Espera camarada que, por mucho que nos guste el Martínez, no "todos están muertos".
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