Así, además de repetirle por enésima vez que en la blogosfera le estamos esperando, le doy las gracias. Porque él es responsable de que no pase un día sin escuchar un tema de Rock and roll (ou, yeah!!). Gracias por la receta del Cous-cous sacrílego, por los cacahuetes con miel y cerveza en una sesión golfa del cinéfalo Avenida, por los gin tonics SIEMPRE con limón, por las migas, por la dieta a base de birra y café sólo, por la madre del Briki y las historias de sus amigos. Por los Enemigos, por los Enemigos, por Josele Santiago, por los Enemigos. Por Led Zeppelín, Flaming Groovies, Sex Museum, New York Dolls. Por Joey, Johny, Dee Dee y Marky. Por los Beattes y por los Ilegales. Por Bukowski, por David González, por Pedro Juan Gutiérrez, por Peter Punk, por el Víbora, por Ralph König, por Robert Crumb. Por Calvin, por Hobbes, por Mauro Entrialgo, por Álvarez Rabo, por los Kiss Comics…
Porque con 21 años me convirtió en Teenage love machine.
Pero, sobre todo, porque le admiro, porque le quiero y porque durante un tiempo me regaló orgasmos inolvidables.
Gracias, amigo.
MIEDO
El miedo son doscientas páginas
de apuntes ignorados
hasta la noche anterior al examen.
El miedo es hojear revistas del corazón
en la sala de espera del dentista.
El miedo es oye-tío-hazme-un-favor.
El miedo es un trozo de costo
olvidado en no se sabe dónde.
El miedo es un condón roto
acurrucado a los pies de la polla.
El miedo es subirte al Ford Fiesta
blanco de un amigo borracho
un sábado cualquiera
con un yo condrolo
como único airbag.
El miedo son venas como cebos
para cazar cuchillas de afeitar
en las noches de mucho calor.
El miedo es vivir en una continua
cita a ciegas con el futuro.
El miedo es aguantarle la mirada
a cualquier simio uniformado.
El miedo es sujetar con una mano
las bragas de una perra cachonda
y con la otra tu rabo en coma etílico.
El miedo son los libros de Umberto Eco.
El miedo es el careto de los putos viejos
que se compran La Razón.
El miedo es un teléfono
que parece que va a reventar
a las cuatro menos diez de la madrugada.
El miedo es un gato jugando
con TU vinilo del It’s Alive de los Ramones.
El miedo es hablar con alguien
capaz de convencerte.
El miedo es enfrentarte a cuerpo
con un poema para cazarlo vivo
sin causarte ni causarle mucho daño.
El miedo es estar en las afueras,
rodeado de campos de girasoles,
en casa de un traficantucho
que se ha entretenido en enseñarte
(por este orden)
un vibrador en el dormitorio,
una escopeta en el salón,
sus cojones por el albornoz abierto
y estás demasiado ciego
para reaccionar.
El miedo es desconocer dónde desembocará
el caudal de mala leche que me anega.
El miedo es el olor de los hospitales
El miedo es leer el tractac del lobo estepario
como el que se mira en un espejo deforme.
El miedo es volver a estar a solas con ella
con un puñado de palabras que llevan
TU vida como ofrenda en sus manos,
temblando en la cornisa de los labios
sin atreverse a saltar
por que no saben si la respuesta
amartillada que les espera
está cargada con balas de verdad
o con salvas de fogueo.
Rafael Pablos Troyano
6 comentarios:
MUCHAS GRACIAS. Me ha encantado (por la parte que me toca). Aunque el muchacho tampoco es que se lo currase mucho: sólo era un intermediario entre todo lo que has puesto y tú. Y lo de los orgasmos, bueno, eso es cosa de las malas-buenas lenguas. Besos.
"El miedo es hablar con alguien
capaz de convencerte".
Sí señor, había olvidado esos versos del Rafa... Qué grande que es este tipo.
Joé, meri, me has puesto los vellos de punta con todo esto, cabrona... Que grande que eres. Aunque sea vía virtual cada día lo descubro más.
Besito, hermosa.
:)
bueno, me reitero. Ya se sabe que es de bien nacida...
;-)
De acuerdo queridasister con eso de que el Rafael Pablos debería escupir un poco más en esta red, demasiado cursi, simplona y llena de basura.
Anda, no seas sieso, y create un blog. Salvo contados casos de capullas que aún confían en que escapar de su propia censura, no tienes porqué firmarlo... ;)
vila!!!!
grrrrr...
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