Como quien siente vergüenza y una timidez hasta ahora desconocida, regreso con un silencio melódico, una pequeña canción que no explica mi ausencia y tampoco mi nueva presencia. Tampoco lo busco. Siquiera lo quiero
Un poco ebrio
ligero el paso
bajo el viento de primavera
Haiku de Ryôkan que, según cuenta Henri Brunel, nunca se puede leer "sin una estupefacción de dicha". A ver si la sienten...
martes, 27 de abril de 2010
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